¿De qué va la salud organizacional?

Cuando hablamos de salud organizacional son todavía muchos los que nos preguntan con cara de asombro cuál es el significado de este término o si existe realmente. Pues bien hoy vamos a tratar de aportar un poco más de claridad sobre el y saber de una vez por todas de qué va la salud organizacional.

Trabajar la salud organizacional en las compañías es un tema de actualidad. Todos sabemos que las organizaciones se dividen en varias áreas; por un lado las más clásicas como el marketing, la tecnología o la administrativa,… y por otro lado la humana o psicosocial. Patrick Lencioni,  autor de nueve libros entre los que se encuentra “Y tú… ¿trabajas en una empresa sana o tóxica?”, da en el clavo es su definición del concepto salud organizacional: “Una organización es saludable cuando su gestión, operaciones, estrategia y cultura encajan, van a la par y son coherentes». 

A continuación vamos a ver porque cada vez son más las compañías que muestran interés por trabajar la salud en sus organizaciones.

Del Capitalismo al Humanismo

Seguramente habréis escuchado mucho esa frase de que las personas son al activo más importante de las organizaciones, o también esto otro de que la mayor ventaja competitiva de las compañías son sus personas. La realidad es que vivimos en una época donde la innovación ya no es una ventaja en sí misma. Hoy en día las empresas se pasan sus días buscando ser las más innovadoras, o mejor dicho, estudian aquellos elementos que le funcionan a su competencia para adoptarlos como elementos innovador de su compañía.

En la actualidad lo verdaderamente relevante no es que como organización presumas de capacidad de innovación sino que puedas innovar de manera rápida y eficaz. Debes ser consciente de que el mundo está cambiando, nuestra economía todavía esta anclada en el modelo Taylorista de trabajo. Este modelo, además de tratar a las personas como recursos, busca aislar a cada trabajador del resto de sus compañeros para automatizar la producción.

Es hora de interiorizar la ética en nuestras organizaciones y crear una economía basada en otros principios. No podemos obviar que la finalidad de cualquier compañía debe ser la búsqueda de esa rentabilidad que le ayude a progresar como organización, pero sí podemos afirmar que es un error decir que lo único importante es el dinero. Seguro que eres consciente de que tu organización debe evitar quedarse atrapada en aquello que sabes que ya no le sirve. Las personas deben dejar de ser recursos, empleados o mano de obra porque por encima de todo sienten, piensan y hacen.

El capitalismo ha creado un mundo en el que la competitividad se ha impuesto por el miedo a perder. El gran reto para las organizaciones es ser rentable sin perder el criterio ético a la hora de hacer negocios. La economía se debe humanizar, se debe basar en otros principios en los que lo importante sea lo humano.

Desarrollando el capital psicológico

La eficacia de una organización saludable contribuirá a incrementar la satisfacción de las personas que la componen, la comunicación y el trabajo en equipo. Además, como organización, tenemos que saber ser flexibles y diseñar rutas que en un primer momento no habíamos contemplado. Las personas nunca podemos volver a donde estábamos, por eso muchas veces damos un paso atrás para avanzar dos adelante. Este fenómeno dinámico del que surge la adaptación positiva de las personas en contextos de gran adversidad es conocido como “resiliencia” aunque a mí personalmente me gusta más la definición que dió a este término Félix Castillo en el Fet2015, lo definió como «Antifragilidad«.

Normalmente las organizaciones ponen el foco en las carencias de sus trabajadores, pretender desarrollar esas áreas más débiles de las personas en lugar de centrarse en sus puntos fuertes. Desde las organizaciones debemos favorecer este aprendizaje positivo que surge de las experiencias más adversas. Las personas vamos evolucionando a través de los aprendizajes adquiridos a lo largo de nuestra vida. Como manager es tu trabajo identificar los puntos fuertes de cada miembro de tu equipo, una vez localizados centrate en potenciarlos.

Realidad o simplemente fachada

La imagen proyectada por las organizaciones debe corresponderse con la realidad que viven las personas desde dentro, de lo contrario perderás esa coherencia cada vez más valorada por las personas. No debemos olvidar que las empresas no se crean para hacer felices a las personas sino para ser rentables.

El objetivo de una empresa que busca ser saludable apostando por la salud organizacional no debe ser conseguir la felicidad de sus colaboradores sino que esa felicidad debe ser el resultado de la aplicación de medidas que hacen que las personas sean más productivas, y por tanto convierte a su compañía en más rentable. Retomando las palabras de Lencioni «la parte inteligente de tu compañía (estrategia, marketing, finanzas y tecnología), a pesar de su importancia, se ha convertido en una especie de commodity». Sin ellas no puedes alcanzar el éxito pero no serán suficientes para que obtengas una ventaja competitiva sostenible en el tiempo.

Solo tienes una manera de alinear a las personas con los objetivos de tu organización y es…contándoselos!!!

En Humanas te ayudamos a poner el valor la salud organizacional de tu compañía, te daremos herramientas que te ayudarán a despertar la inteligencia emocional de tus colaboradores. Tu nuevo papel será el de liderar el cambio cultural en tu organización y conseguir que las personas que forman parte de ella tengan una vida sana, plena y sobre todo feliz.

 Humanas Salud Organizacional

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2 comentarios

  1. Muy interesante, Javier. La empresa en la que trabajamos no ha de ser un proveedor de autoestima ni el foco de nuestra felicidad. Ha de ser un aspecto más de nuestra vida. La parte productiva y útil a la sociedad, que tiene que ayudarnos a ser mejores personas. Las empresas saludables han de integrar utilidad y bienestar en sus trabajadores para no convertirse en una obligación a cumplir, sino en un estímulo a mejorar.

  2. Muy de acuerdo con lo que dices Vidal. Muchas gracias por tu comentario 😉

    No se puede separar lo personal de lo profesional. La familia no puede quedar en un segundo plano.

    Las personas deben sentir que hacemos algo al servicio de algo más grande.

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