que buenos propósitos tienes para este 2018

¿Cuál es tu lista de buenos propósitos?

Comenzamos el año con una lista de buenos propósitos, después somos bombardeados por un montón de publicaciones sobre salud, psicología, nutrición, etc. y comenzamos con entusiasmo los cambios “necesarios e imprescindibles” para mejorar nuestra vida.

Lo que sucede es que la mayor parte de las veces, estos cambios se quedan en intenciones. Lo curioso es que, gran parte de la “transformación” o cambios se reducen a sumar pequeños cambios o ajustes a nuestro día a día (¡no a los grandes cambios que necesitas!).

Si algo, por muy insignificante que puede parecer, puede contribuir a tan sólo un 1% de la mejora de tu calidad de vida, sumar varios 1% generarían un cambio mucho mayor. En base a esto, puede ser interesante, y mucho más efectivo a largo plazo, hacer pequeñas modificaciones que sean fáciles de aplicar, para crear un efecto positivo acumulativo.

En este post no pretendo darte grandes consejos. Son cosas muy simples, muy obvias, pero igual por ello no figuran en nuestra lista de buenos propósitos de año nuevo. Ya ha pasado el Blue Monday, así que os propongo algunos trucos para mejorar en vuestro día a día. La cuestión es ir sumando 1% hasta que llegue ese día en el que tu vida haya cambiado el 100% sin darte cuenta.

1. Cambia tu colchón

Cada vez más clientes me comentan cómo ha mejorado su calidad de sueño al cambiar su viejo colchón; esta es la realidad, el colchón deja de ser funcional con los años. Así que si notas que está demasiado blando o ha cedido es hora de cambiarlo. La oferta es tan amplia que es fácil encontrar el que más se adecua a cada cual a precios razonables.

¿Duro o blando? Mi recomendación es que sea lo más compacto y duro posible. Lo mejor es que lo pruebes y notes como te sientes, tu cuerpo no engaña; y no pases días en foros analizando si es visco-elástica, poli-estrato de vinilo o algodón del Norte de los Cárpatos. Detrás de estos nuevos conceptos hay más marketing que otra cosa, y tú sólo necesitas dormir mejor.

2. Elimina todo estímulo electrónico 1 hora antes de dormir

Es algo de lo que se ha hablado y escrito mucho, todo el mundo lo comenta y…casi nadie lo hace.

A punto de dormir y viendo el último vídeo de gatos, o el de un esquiador dando vueltas antes de su caída, el audio de 20 minutos de tu amiga o los 3 últimos capítulos de tu serie preferida, etc. Puede parecer que es una forma divertida de relajarse pero, en realidad mientras compruebas tu teléfono, ordenador o te zampas 3 capítulos de tu serie  estas activando tu cerebro y disminuyendo la capacidad para un sueño reparador.

Diferentes estudios han demostrado un aumento en la liberación de dopamina al revisar las redes sociales y usar aparatos electrónicos tales como tu teléfono, tableta u ordenador portátil y parece que pueden actuar como estimulantes y afectar nuestra capacidad para dormir: cuando la ciencia habla…

Algunas alternativas que parecen funcionar a la hora de conciliar el sueño, como sustitutos de todos estos aparatos electrónicos, son: leer un libro físico real (no en el móvil o la tableta…), colorear (se ha puesto de moda pintar mándalas), charlar en persona con alguien, algún pasatiempo que no requiera mucho esfuerzo…

 3. Pasear

Caminar con el único propósito de experimentar y disfrutar del entorno que te rodea: “caminante no hay camino…”. Pues ello, pasear por el placer de pasear, sin prisa, sin contar los pasos o calorías gastadas y por supuesto sin atender al móvil durante el paseo.  ¿Has probado a tomar una ruta diferente a tu casa o al trabajo?

Lo importante es el acto de pasear despacio y sorprenderte de los edificios, los comercios, las luces, etc. sin ningún objetivo, sin prisa…es un modo de reducir una gran parte de nuestra “velocidad mental” y de mejorar nuestro sistema cardiovascular, “el que mueve las piernas mueve el corazón”.

 4. Quéjate pero, con límites

La queja se ha convertido en un deporte nacional. Parece ser en un derecho (o eso decimos, el derecho a pataleta) y  es  similar a un virus. Todos nos quejamos. Cada vez por más cosas y lo curioso es que se extiende con una facilidad terrible. Lo contagia todo y puede multiplicarse relativamente rápido y poseer a quien antes estaba en un buen estado de ánimo. “¡Tengo derecho a quejarme¡, sino lo digo reviento, quedárselo dentro es terrible…” y esta nueva “moda” de expresarlo todo (sincericidio he escuchado en algún sitio…) se extiende como la niebla y nubla el día, te lo garantizo.

No hablamos aquí de una positividad ingenua y sin límites. Tan solo encuentra aquello positivo de este día, esta semana, o este momento. Una vez que la gente comienza a sumar pequeñas cosas positivas, el efecto se refleja en  la calidad de sus relaciones con otros, el entorno, el trabajo, etc.

Ya tienes deberes; escríbelos, memorízalos, pruébalos, compártelos, etc. y sobre todo, hazlos…de nada sirve leer y decir “¡qué interesante!” para no hacerlo.

Ahora puedes abandonar el blog y salir a  pasear…

De corazón…

Marco A. Romero. Osteópata experto en Terapia Miofascial y Dolor Cráneofacial.

 

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