Movimientos dolorosos, limitación de la actividad normal, reducción de la capacidad de adaptarnos al día a día… ¿te suenan? Son algunos de los síntomas que sufren miles de personas a diario, muchos de ellos relacionados con el trabajo. Es importante destacar que la mayoría de estas alteraciones, sin el cuidado adecuado, se pueden cronificar. Sin embargo, son perfectamente solucionables o controlables con los programas adecuados.
Los problemas musculoesqueléticos en nuestra sociedad
Hoy en día, más de la mitad de la población a partir de 35 años sufre de algún trastorno, molestia o disfunción (el mayor porcentaje relacionado con la columna) en diferente grado, que le limita o condiciona en sus actividades diarias normales; esto supone un gasto importante para empresas, sistemas de salud y prevención. Siendo cada vez más alta la prevalencia de estas alteraciones, se precisan de medidas y estrategias para reeducar a las personas y los entornos laborales, respecto de cómo evitar que aparezcan y se puedan cronificar estas alteraciones musculoesqueléticas.
Definición de alteración musculoesquelética
Podemos hablar de alteraciones musculoesqueléticas, como los procesos físicos agudos o crónicos que crean dolor, restricción de movimiento, dificultades mecánicas/físicas, afectan a una o varias articulaciones en el cuerpo y todos los tejidos relacionados con las mismas. Por ejemplo, las alteraciones en las rodillas pueden condicionar los músculos cercanos, afectar al buen funcionamiento de la cadera y repercutir en la manera de caminar y movernos.
La importancia de la prevención/resolución de las disfunciones musculoesqueléticas radica en el hecho de que una “mínima” contractura muscular, no resuelta y corregida, puede acabar repercutiendo a nivel global e invalidar en muchos sentidos a la persona.
¿Cuáles son las causas?
En un alto porcentaje, estas alteraciones están directamente relacionadas con la actividad y la ergonomía laboral. Observamos un origen multifactorial:
- La inadecuada ergonomía en el puesto de trabajo
- Material/instrumentos propios de la actividad utilizados de manera inadecuada o no tener el material/instrumentos adecuados para la función que se realiza
- Falta de descansos de la persona en entornos donde se realizan actividades repetitivas, con cargas o posiciones altamente lesivas
- El estado físico de la persona, que puede influir en el desempeño más eficiente y menos lesivo de la actividad
Suelo explicar que un espacio con la organización de materiales y ergonomía perfecta no es la solución a las alteraciones físicas derivadas del trabajo si no se hace un buen uso de ellas. En este sentido, el concepto de tiempos de descanso es crucial, a pesar de no estar implementado plenamente en nuestra sociedad.
Cuando una persona pasa entre 6 y 8 horas en una misma posición, aunque el material o mobiliario que utiliza sea el adecuado a su tarea, si no se pautan tiempos de descanso junto a ejercicios correctivos y de descarga, se posibilita igualmente que se acaba produciendo una disfunción o lesión.
- Tiempos de descanso: se han de organizar y pautar descansos regulares, cada vez más frecuentes conforme más horas se pasa en el puesto o actividad; estos descansos evitan el estrés acumulativo inherente a cada actividad (la persona sentada 8 horas, el operario de la cadena de montaje que realiza el mismo movimiento, el mecánico y sus posiciones forzadas, etc). Los microdescansos regulares son la base para reducir las lesiones.
- Ejercicios correctivos y de descarga: junto a la adecuada ergonomía, espacio de trabajo y descansos, el otro gran elemento en la prevención son los ejercicios de corrección y descarga. Un buen ejemplo: cuando una persona está muchos horas sentadas, a partir de cierto punto (más de 3 horas), la columna y zonas relacionadas, va reduciendo su capacidad para soportar el estrés acumulativo que la posición genera. Este estrés mecánico que se va acumulando en articulaciones y músculos, sin los ejercicios adecuados, irá acumulándose durante la semana, con lo que una persona que trabaja 8 horas diarias sentada, si no hace descansos frecuentes y ejercicios de descarga, su columna y zonas relacionas, el viernes tendrán un 60% menos de capacidad para soportar horas sentada, aquí se inicia lo que se convertirá en una lesión musculoesquelética a medio plazo.
Resumiendo, si quieres mejorar los problemas musculares y articulares de tu día a día es necesario, además de una buena organización y adecuación del espacio de trabajo, realizar pausas activas (combinación de los puntos 1 y 2). No necesitas más de 3 a 5 min de parada para estirar y descargar los músculos. Evidentemente estos ejercicios serán adaptados a la actividad concreta que se realice, no es lo mismo estar sentado en una silla 8 horas que estar reponiendo stock en estanterías durante el mismo tiempo. Por último, la higiene postural tras el trabajo. Aunque estemos deseosos de salir, es mejor acabar de estirar y desentumecernos para continuar con nuestro día.
Si te interesa implementar este tipo de acciones en tu organización contacta con nosotros y estudiaremos vuestra situación para proponeros un plan adaptado a cada puesto de trabajo. Podemos garantizaros que las empresas que lo han puesto en marcha han mejorado en salud y productividad. Esto es lo que nos han contado después de establecer las pausas activas:
- Mejoría en los trastornos musculoesqueléticos y disminución del dolor
- Más energía durante la jornada
- La jornada laboral se pasa más rápido
- Muchas personas alegan dormir mejor después de incorporar las pausas activas
- Reducción del absentismo
- Aumento de la productividad
- Mejora el compromiso con la empresa
- Mejora en el clima laboral
Aprovechamos para recordarte nuestro catálogo de formaciones para que este año consigas ser una empresa más saludable, humana y sostenible.
¿Te atreves a probar?
Marco Romero Santacruz – Especialista en Osteopatía y Técnica Miofascial
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