Según un estudio de Talent Management Consulting, cuando las personas tienen niveles altos de dopamina y serotonina aumenta la capacidad cerebral a un 100% y en igual porcentaje, la productividad, y estos niveles aumentan de forma natural cuando las personas son felices!, vemos que felicidad y productividad van de la mano.
Cristóbal Colón decía: “Encuentra la felicidad en el trabajo o nunca serás feliz”. Encontrarle sentido a lo que se hace y a través de ello alcanzar la felicidad en el trabajo, es el nuevo modelo organizacional que hoy están aplicando presidentes, gerentes y empresarios para lograr índices más altos de productividad.
Según la psicóloga Ingrid Alvarado Ortiz, experta en neurofelicidad para la productividad empresarial, antes el cerebro era una cosa, el cuerpo otro y las emociones otra. Ahora, resulta que el cuerpo maneja las emociones y el cerebro también; por medio de la bioquímica, entonces se hace necesario conseguir el equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu. La palabra felicidad hace referencia a la emoción positiva de tener placer y satisfacción por lo que se hace y se tiene. Por ello la felicidad es uno de los aspectos que no debe olvidarse en la cultura organizacional de una empresa, es un detonante que favorece al desempeño efectivo de todos los elementos que la componen.
Alexander Kjerulf, autor del best seller La hora feliz es de 9 a 5, explica que casi todas las compañías dicen que quieren empleados “motivados, poderosos y felices”, pero muy pocas hacen algo por conseguirlo. Según su experiencia, las empresas que realmente crean un caldo de cultivo para la felicidad mantienen corta la distancia entre directivos y empleados, consiguen un balance razonable entre individualismo y colectivismo, favorecen una cultura en la cual la gente se cuida más entre sí, y generan un bajo nivel de incertidumbre que permite a los empleados apostar por opciones novedosas y arriesgadas.
La felicidad en el trabajo es posible, los empleados felices son mucho más productivos, están más comprometidos, atienden mejor a los clientes e incluso sufren menos de estrés y otras enfermedades relacionadas con la sobrecarga de trabajo. Mantener felices a los empleados no es sencillo, pero la recompensa es enorme. Hay estudios que demuestran que las empresas cuyos empleados estaban más satisfechos (el llamado ‘employee engagement’) habían aumentado sus ganancias por acción a una tasa cuatro veces superior a la de las compañías con baja puntuación en ese concepto. Algunos datos de empresas más felices señalan que las empresas mejoran en diferentes aspectos, por ejemplo: incrementos del 31% de productividad (ShawnAchor), 37% en ventas (Gallup), 44% en retención (Gallup), 300% en innovación (HBR).
Los indicadores de las empresas suman un nuevo actor: la felicidad. Por eso, la medición de este estado de ánimo en los sectores productivos cada vez cobra más fuerza a escala internacional. Estos son algunos ejemplos de la importancia de la felicidad para los países:
- Bután desde 1970 mide el índice de la Felicidad Interna Bruta (FIB). Mide la felicidad en función de la economía, la cultura, el medioambiente y el buen gobierno.
- Reino Unido, creó el Índice en el 2006 de Planeta Feliz o Happy Planet Index, que se trata de un índice alternativo de desarrollo, bienestar humano y ambiental.
- En el 2011, la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución que reconoce la felicidad como un «objetivo humano fundamental», a instancias de Bután, que mide la Felicidad Interna Bruta (FIB), para conocer cuán satisfecha está su población, tras considerar que para ello es insuficiente el tradicional Producto Interior Bruto (PIB).
Está en nuestras manos crear empresa felices y productivas, perdamos el miedo! Especialmente, el miedo al cambio. Desprenderse de los miedos es un camino seguro a la felicidad.
Mónica Seara. CEO Humanas Salud Organizacional
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