La salud mental en tiempos del COVID-19

Llevamos más de un mes de confinamiento, estamos encerrados por nuestra seguridad, por nuestra salud, o eso nos dicen. Pero velando por la salud física, y por no colapsar el sistema sanitario del país, nos damos de bruces con nuestra salud mental.

Para todos aquellos escépticos que creen que la salud mental no es importante, o que no la contemplan en el desarrollo de la actividad preventiva de las empresas, me refiero a la evaluación de riesgos psicosociales, ahora estarán comprobando el impacto que tiene en las personas, y por ende en la cuenta de resultados de la empresa.

Estamos ante un acontecimiento traumático masivo sin precedentes. Esta crisis de la COVID-19 y la gestión de la misma, genera en nosotros mucha incertidumbre y miedo. Nuestro cerebro, como dice la Dr. Lupien, es un experto detector de amenazas, y ahora vivimos bajo una amenaza constante. ¿Qué va a pasar? ¿Me contagiaré de COVID-19? ¿Tendré trabajo cuando esto termine? ¿Cuándo va a terminar esto? ¿Se están tomando buenas medidas preventivas? ¿Cómo pago mis gastos si no tengo ingresos? ¿Volveré a ver a mis familiares? ¿Están bien mis seres queridos?

Nuestra ansiedad no viene de pensar en el futuro, sino de querer controlarlo.

Sin saber cómo, de un día para otro, se han visto acotadas nuestras libertades. Y si pensamos en los primeros 15 días de confinamiento, podía hacerse llevadero, hasta nos lo tomamos con cierto humor, pero conforme van transcurriendo los días y los acontecimientos, los trastornos del ánimo y de ansiedad se van haciendo más visibles.

Los estados de ánimo cambiantes, la irritabilidad, la confusión y el insomnio son reacciones normales durante el confinamiento y se ven agravados por la incertidumbre. Podemos llegar a pensar que estamos locos, pero es algo normal en esta situación. Estamos viviendo algo excepcional, y debemos aprender a convivir con ello.

Durante esta cuarentena nos vemos sometidos a innumerables situaciones estresantes, el confinamiento prolongado, el miedo a infectarse, la frustración, la impotencia, el aburrimiento, la apatía, la falta de alimentos o productos básicos, la información inadecuada, la falta de recursos económicos, ver morir a tus seres queridos y no poder despedirte, etc.

Pero ya hemos hablado en varias ocasiones cómo nos limita el estrés en nuestras vidas. Este nos lleva a las reacciones más básicas para poder sobrevivir, ante una situación que percibimos como amenazante, sólo caben 3 formas posibles de actuación, lucha, parálisis, huida…en cualquier caso, se desactiva nuestro cerebro creativo (cortezas parietales y prefrontales), que es el que realmente necesitamos para salir de esta situación.

No podemos estar en modo de supervivencia. Tenemos que estar en el modo de crecimiento.

Es normal estar desorientado en este momento, pero si dejas que el estrés se apodere de ti, entonces has perdido. Y lo digo con conocimiento de causa, ya he vivido grandes situaciones estresantes, perder a mi madre de pequeña, divorciarme, perder el trabajo, estar en riesgo de exclusión social, enfrentarme a un cáncer… y solo puedo decir una cosa: es duro, muy duro, pero cada situación me ha permitido crecer y ser quien soy a día de hoy.

No creo que nadie tenga como objetivo ser resiliente, pero la forma para ponerlo en práctica es esta, por mucha formación que hayas cursado sobre cómo ser resiliente y cómo gestionar el estrés, ahora la vida nos pone en una situación para que practiquemos. ¿Y qué es la vida sin desafíos?

Nos gusta tener certezas, las necesitamos para sentirnos seguros. Sin embargo, ahora nos toca trabajar bajo la incertidumbre que ha existido siempre, toca salir de la zona de confort que nos habíamos creado, y para eso nada mejor que saber quién eres “nosce te ipsum”

De toda esta crisis debemos tener clara una cosa: la economía se recuperará mejor o peor, pero las vidas no, así que es mejor que inviertas en tu salud, y no olvides la salud mental. Si no sabes cómo hacerlo pide ayuda, pero no lo dejes por miedo, vergüenza, apatía… o porque pienses que eres fuerte, hoy más que nunca nos necesitamos los unos a los otros. ¡La salud mental también es importante!!

«Una actitud saludable es contagiosa, pero no esperes a tomarla de otras personas, sé un portador», Tom Stoppard

Desde Humanas ayudamos a las empresas a transitar por este momento con la fuerza de saber que saldremos reforzados de esta crisis, estamos aquí para dar soluciones a esas incertidumbres que os puedan surgir:

Pero no tienes porqué ser una empresa para que te ayudemos, nuestros servicios también son útiles para cualquier persona que quiera mejorar. Puedes reservar tu cita aquí https://www.humanas.es/reservas/

 

Mónica Seara – CEO Humanas Salud Organizacional

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