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Las 5 claves para tener un equipo de éxito en tu empresa

Según un estudio llevado a cabo por Google, los equipos de éxito comparten 5 rasgos específicos. El equipo de Google se pasó dos años estudiando 180 equipos de trabajo y realizando más de 200 entrevistas para averiguar qué tenían en común los mejores equipos. El proyecto se llamó Aristotle y fue creado para descubrir las variables necesarias para conseguir el equipo perfecto. ¿Qué cuestiones hacen que este sea un gran equipo y otro un equipo normal o destinado al fracaso?

Aristóteles fue filósofo, científico y polímata, nació en el norte de la Antigua Grecia, en la ciudad de Estagira, en el año 384 a.C.. Reconocido como padre fundador de la Lógica y de la Biología, una de sus frases más famosas (después de 2.400 años) es “El todo es más que la suma de las partes”

¿Cuáles son las cinco características típicas de un equipo exitoso?

1. Confianza: Los miembros del equipo hacen las cosas a tiempo y cumplen con las expectativas de los demás.

2. Estructura y claridad: Los miembros del equipo saben exactamente lo que tienen que lograr y todos tienen roles muy bien definidos en el grupo.

3. Significado: El trabajo toma significado para cada miembro del equipo.

4. Impacto: Cada miembro del equipo cree que su trabajo tiene un propósito e impacta positivamente el bien común.

5. Seguridad psicológica: Los miembros del equipo saben que están en un ambiente seguro donde pueden permitirse bajar la guardia, expresar libremente opiniones y dudas, donde pueden permitirse equivocarse.

Si quisiera transformar los cinco puntos anteriores en una estructura todavía más sencilla y aplicable a uno mismo serían:

1. Confío en mis compañeros.
2. Sé quién soy y quiénes son los demás.
3. Sé qué es lo que estoy haciendo.
4. Sé para qué lo estoy haciendo.
5. Sé que tengo espacio para equivocarme y para aprender de los errores.

Todos ellos podrían parecer puntos obvios y básicos de la buena convivencia no solamente en una empresa, sino en familia, en el colegio, en un equipo deportivo o en la sociedad en general. Pero, a la hora de la verdad, muchas empresas no son capaces de cumplir con estos requisitos, por increíble que parezca. ¿La causa? A menudo una persona con fallos emocionales y malas costumbres relacionales.

Ejemplo de un equipo que falla

Diana tiene unos 45 años y trabaja en una importante empresa multinacional de logística en Barcelona. Diana trabaja en la oficina, en el departamento de administración. Está contenta con su trabajo pero no con el ambiente laboral. Tampoco lo están sus compañeros.

La empresa parece fallar en cuatro de los cinco puntos.

1. Diana confía en sus compañeros pero no en su jefe de departamento. Este no tiene la capacidad para empatizar con nadie y parece disfrutar con el desorden que produce a través de su conducta (hace que casi todos se sientan invisibles y menospreciados). La persona en cuestión no saluda, rara vez habla en persona, la casi totalidad de los contactos que tiene con sus colaboradores es por mail.

2. Diana sabe bien qué es lo que tiene que hacer y lo que tienen que hacer los demás, pero el jefe de departamento va moviendo las tareas y los proyectos sin aviso alguno y de esta forma crea inseguridad y malestar entre todos. Lo que era tarea de alguien hoy va a serlo de otra persona mañana, sin aviso y con gran desgaste de energía.

3. En este punto la empresa cumple: cada uno sabe lo que está haciendo (aunque el punto 2 aporta unas nuevas variables negativas).

4. La empresa no ha sido capaz de transmitir el significado último de por qué existe la empresa. Lo que piensan los trabajadores es “mover cosas y cobrar por eso”. Muy mecánico, crudo, que no conecta con el propósito profundo. Sería como la diferencia entre afirmar que Canon construye máquinas fotográficas para que las personas hagan fotos y afirmar que Canon construye máquinas fotográficas para que las personas no olviden momentos importantes de sus vidas.
En el caso de esta empresa el “para qué” podría ser, por ejemplo, “para que las personas tengan lo que necesitan en el menor tiempo posible”.

5. Aquí la empresa fracasa totalmente: cada persona se siente bajo una lupa que no perdona y que busca en todo momento la oportunidad para destruir una persona.

¿Qué podría hacer la empresa para crear equipos fuertes y unidos?

  • Poner un líder al mando del departamento o ayudar a la persona que está ahora en el cargo a desarrollar nuevas habilidades de comunicación y empatía.
  • Definir de una forma clara e inequívoca las expectativas y no marear a los trabajadores cambiando tareas y objetivos.
  • Definir y transmitir el valor de lo que se está haciendo, más allá del dinero y de los números. No es aceptable pensar todavía que pagar un sueldo compense del tiempo invertido en un trabajo. Hay que transmitir valores.
  • Contar con un verdadero líder, capaz de resaltar las potencialidades de los miembros de su equipo, de transmitir confianza, seguridad psicológica, serenidad, motivación, entusiasmo e inspiración.

Gracias Google, por darnos estas llaves de lectura de la naturaleza humana. Ahora me surge la pregunta «¿Hacía falta gastar millones de euros para llegar a estar conclusiones o simplemente podríamos todos leer y estudiar un poco más de filosofía?». Porque, al parecer, los antiguos filósofos descifraron y entendieron la naturaleza humana mucho antes que Google…

Alberto Simoncini – Gestión de las Emociones


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