Este domingo 26 de Noviembre Mónica Seara nos habla de Talento en El Correo Gallego.
A continuación encontrarás con la introducción de la columna y al final de la misma encontrarás un enlace a la publicación original:
Estamos en un momento donde existe una guerra abierta en las empresas por la atracción del talento. El Talent Engagement es todo un reto para las mismas, ya que conseguir una gestión correcta del talento humano desde la atracción, fidelización y desarrollo de las personas no es tarea sencilla.
Además, no debemos olvidar que nos encontramos en la era de la transformación digital, dónde todo se mueve más rápido, lo que obliga a las empresas a innovar y readaptarse a las demandas externas continuamente, pero sin olvidar las internas, ese talento que pide ser escuchado. Las empresas deben encontrar un propósito diferencial y atractivo que conecte con el talento, y gran parte del éxito reside en la coherencia entre la misión de la empresa y la de los empleados, sin olvidar cómo esta se comunica.
Para añadir dificultades a la gestión del talento, el empresario debe diseñar una propuesta de valor que enamore a Millennials y Generación Z, ya que ellos serán el futuro de la empresa, pero sin olvidar el talento ya existente, deben seguir conectando con los Baby Boomers y la Generación X porque realmente son ellos los que tienen todo el know how en el momento presente.
Por todo esto nos encontramos en un momento totalmente singular, conectar cuatro generaciones distintas, con diferentes motivaciones y expectativas, donde todos deben cooperar y colaborar por el bien de la sostenibilidad de la empresa, y además hacerlo a un ritmo vertiginoso, en el que adaptarse ya no es suficiente, sino que se espera más, toca innovar, y ésta es la razón por la que el talento se hace vital. Las estrategias de capital humano están marcando la diferencia y la ventaja competitiva de muchas empresas, ya que las personas a diferencia de la tecnología no pueden copiarse.
Visto lo vital que es para las empresas el talento, y sabiendo el esfuerzo que hacen por la atracción del mismo, después me resulta curioso escuchar a muchos empresarios decir que hay poco talento, o ver cómo personas talentosas al poco tiempo abandonan la compañía porque aquello que le vendieron era humo, y el modelo de gestión que aplican no obedece a cultivar y desarrollar el talento.
Considero que hay mucho talento desperdiciado en este país, porque las empresas no saben mantenerlo, fidelizarlo, cuidarlo. Es como las relaciones personales, ligar es relativamente fácil, pero mantener una relación enriquecedora y constructiva ya es otro tema, y parece que nos sale más a cuenta estar ligando continuamente que creando relaciones de valor, las empresas no escapan a estas sinergias sociales.
También me llama la atención ver cómo las personas realmente talentosas se van de las empresas e incluso del país, prefieren seguir creciendo profesionalmente y personalmente en otros lugares, dónde, además de estar mejor valoradas, les pagan acorde a su mérito, y olvidan las dificultades de vivir en otra cultura y alejadas de los suyos por el ansiado reconocimiento y satisfacción personal. Y seguimos diciendo que aquí no existe el talento, ni nos damos cuenta cómo lo ahuyentamos.
Por todo esto hago una sencilla reflexión…
¿Sabemos ver el talento?, ¿sabemos ver el talento que llevamos dentro?